miércoles, 4 de septiembre de 2013

Matar a un niño (José y César Esteban Alenda)

Que los cortometrajes españoles se encuentran entre los mejores del mundo, no es algo que vaya a enseñarles yo. Que los festivales europeos se pelean por contar entre sus seleccionados los nombres de algunos jóvenes cineastas, que parecen haber nacido para contar historias cortas, tampoco se lo voy a descubrir yo. Pero si les hablo de los hermanos Alenda -José y César Esteban- posiblemente sí que les descubra algo nuevo. Estos hermanos se han convertido en menos de diez años en dos de las caras más reconocidas del cortometraje español.

Es difícil llegar a elegir una sola historia de estos directores, se trata de cineastas duchos en el arte y también en las formas; admiradores del relato y sus transformaciones. Desde su más reciente Inertial love a sus más reconocidos y reconocibles Matar a un niño y El orden de las cosas, se han paseado por los festivales más importantes del mundo incluyendo los Premios Goya.

Es Matar a un niño posiblemente su trabajo más redondo, personal y visceral. Una cuidada fotografía y un medido ritmo para descubrirnos la trágica historia de un niño que va a morir.

Jorge Fernández-Mayoralas

REFLEXIONES SOBRE EL NOMBRAMIENTO (Eduardo Hurtado habla sobre "Nostalgia de la Luz" en Ascaso)



NOTA: Antes de la lectura del texto, en silencio, pelar, cortar y picar una cebolla.

REFLEXIONES SOBRE EL NOMBRAMIENTO

(...) En una de las conversaciones de estos días, hablábamos de la desactivación política mediante la caricaturización o la infantilización de ciertos movimientos y corrientes de acción. Así es como actúa el discurso dominante, de forma explícita o sutilmente, anula todo aquello que le supone agresivo. Aniquila la otredad mediante su desambiguación.

Un marica deja de ser un sujeto peligroso, político, si su tendencia sexual o su identidad de género son presentadas como algo inofensivo. Lo mismo ocurre con un latinoamericano que emigra a España, deja de ser un problema -un sujeto otro- al transformarse en "machupichu" por obra y gracia de un chiste contando en prime time. El discurso dominante, además, utilizando esta artimaña ideológica (y jugando precisamente con aquello de que lo que hace "gracia" es inútil) es capaz de pivotar sobre el mismo mecanismo para conseguir el efecto contrario: la integración de discursos radicales en su naturaleza de dominación.

Por eso me interesa la figura televisiva de Mauricio, personaje de serie AIDA, porque es un fascista caricaturizado. Y presentar al facha de toda la vida, al macho español franquista, como un monigote...es muy peligroso porque lo desactiva y lo sitúa en un plano de inofensividad. Es el mismo mecanismo que presenta personajes como el rey campechano y putero,el presidente de gobierno tonto o el policía amigo de los niños. En la misma línea esos jóvenes del PP haciéndose fotos con gestos fascistas y con banderas preconstitucionales en su twitter, que son presentados como chiquillos inocentes e ignorantes por lo medios de comunicación porque (pobrecitos!!) no conocen el significado de todos esos artefactos. Esto también es infantilizar un discurso, haciéndolo pasar por un filtro de resignifiación que le permite perder su valor ideológico...pero no debemos engañarnos, porque en realidad no lo pierde, lo oculta mediante un gesto de mago, ahora lo ves, y ahora ya no.

La marica desactivada ve anulado su poder político, para evitar que el suelo cómodo de la identidad normativa se mueva.Ellas bailan locas sobre las caravanas del orgullo y sirven como divertimento al juego del mercado turístico mientras el macho patriarcal continua campando a sus anchas. Y a la vez el fascista desactivado incorpora al discurso dominante la idea, de nuevo, de que aquí no ha pasado nada y que 1936 fue una ficción descrita por lo rojos. Igual que es estos chicos que alzan al aguilucho son tan solo uno niñatos haciendo el gilipollas. De esta forma se nos oculta que el marica es un sujeto varón que quebranta las reglas de la normatividad cuando su ano es atravesado por el pene de otro sujeto varón que se lo está follando...del mismo autor y en con el mismo tono es aquello de la feminista loca con los sujetadores al aire, el borroka con pañuelo palestino, el andaluz vago o aquella ministra de cultura que decía que le gustaban mucho los libros de cierta autora portuguesa.

LA CEBOLLA. La cebolla es un elemento potencial. Pelarla, cortarla, despedazarla, activarla. Su potencia genera una acción en un cuerpo, que el cuerpo interpreta. Aparece la posibilidad de recoger esa acción y transformarla en un acto cuando se convierte en el sujeto de la acción y aparece la memoria...esto, es un acto político si cambiamos la cebolla por otra cosa. La cebolla deja de ser algo infantil, o deja de ser una verdura, o deja de ser la marcha del orgullo gay y se convierte en un cócctel molotov.

Nada es casual, nada ocurre porque sí...y la teoría de la generación espontánea tampoco funciona en el caso de los discursos culturales y las ideologías.

Porque el PODER, no es casual.

Nostalgia de la Luz es una cebolla. Es una cebolla que activa al espectador y presenta una problemática compleja, nada fácil de explicar, ni de enunciar, que es la memoria.

Creo que más allá del relato de todas esas mujeres buscando a los restos de sus familiares en el desierto...importante, por supuesto, nostalgia de la luz es una película que habla de la memoria...de la importancia de la memoria, de su fragilidad y su imposibilidad de descripción más allá de la metáfora...Es una película que esboza una formulación de la memoria. Y lo hace bien, porque la presenta en su estado optimo, es decir, a punto de desaparecer. Nostalgia de la luz nos enseña la confluencia entre diferentes espacios discursivos son los que hacen orbitan la memoria : el tiempo, la presencia, el relato, el cuerpo, la marca. La película nos permite, gracias a la no reducción de esta formulación, explicar aquello que no se puede decir con palabras.

La memoria, que gran contradicción: se forma con lenguaje, pero es más importante lo que no registra que lo que es capaz de recordar.

El poder es la forma en la que las personas se relacionan. No existen las relaciones sin poder. Siempre hay un poder, de algún tipo, de cierta naturaleza. Una relación de dominación, una mentira en la relación con el otro. La memoria es como si yo, ahora de pronto les empiezo a hablar en un acento que no es mío. (EL LECTOR COMIENZA A LEER EL TEXTO CON ACENTO URUGUAYO)...y trato de engañarlos.

Ustedes saben que mi acento es falso, y sin embargo -en el caso de lo que lo estuviese haciendo bien- lo saben porque estaban aquí antes de que yo cambiase a esta suerte de tono sureño. Ahora tomen la imagen anterior, la mía, llorando por la cebolla y póngale este acento. La confusión es total. Y de este calibre es la memoria, el recuerdo. Algo que es confuso, extraño, mutable, inestable y que se forma, como la cebolla, por una superposición de capas: la huella, el dolor, la pregnancia, un sueño....EL PODER describe la posición corporal, o el tono del lenguaje. El color con que las niñas visten, la intensidad con que debemos hablar en público. Sitúa la línea de lo que es bueno, desdibuja la de lo malo. Esto se debe a que somos gregarios, y la jerarquía -la necesidad de ocupar posicióon frente al otro- esta en la razón misma de nuestra existencia.

Somos seres de lenguaje. Pero no somos seres de palabras, la palabra es un resto del lenguaje. El lenguaje, que se relaciona muy directamente con el poder, no es reconocible. Tampoco expresable.

Nombrar
Ocultar
Silenciar
Recordar
Memorizar
Olvidar

Tiempo. El poder, lo que es el poder, es un administrador de discursos y un gestor del tiempo. El poder tiene el control sobre el tiempo que duran las cosas, tiene la capacidad de distribuir los silencios, sus intensidades: un silencio corto y fuerte, uno largo y débil...su mezcla, o todo a la vez.

El poder, para controlar el tiempo, actúa sobre los cuerpos, sobre las experiencias y sobre las emociones.

Si una roca al desprenderse de una montaña está avocada a desaparecer por la fuerza del viento, el agua y la erosión...si ella que es dura, fuerte y resistente, puede perderse...imaginemos lo que pasa con el recuerdo, inscrito en la memoria, si es silenciado...el recuerdo no es la roca, el recuerdo es débil, volátil, inaprensible...

Y esto es lo que hace el poder, destruye todo aquello que quiere olvidar, simplemente, al no nombrarlo o al convertirlo en una caricatura, al reducirlo, al presentarlo sin una magnitud, una intensidad y sin una fuerza política que le es propio.

Nostalgia de la luz, como la cebolla, indaga en el potencial de nombrar las cosas sin explicarlas, sin traducirlas, sin destriparlas. Las nombra, la tira, las dispara contra nosotros y las dibuja desde una complejidad que se acerca mucho al tema que pretende tratar: la memoria.

Pienso que no habría mejor lugar para ver nostalgia de la luz que Ascaso, porque este también es una espacio de complejidad, un territorio de experiencias, también este es un lugar de memoria... el Pirineo, esa frontera que dividió nuestros recuerdos y que sirvió durante 40 años para la contradictoria tarea de ser un canal de salida y el más infranqueable de los muros.

Pienso que no es casual que desde ASCASO se vean tan bien las estrellas, porque creo que ASCASO está muy cerca de ATACAMA.


miércoles, 14 de agosto de 2013

Entrevista a Jacopo Mandelli, director de "Hice un corto"

El próximo 30 de agosto, en la sección de cortometrajes de nuestra pequeña Muestra de Cine se podrá ver “Hice un corto”. Os dejamos una pequeña entrevista que Jorge Fernández-Mayoralas, programador de esta sección, ha realizado a su director: Jacopo Mandelli.

Jacopo, transitas entre España e Italia: ¿qué destacarías de cada país a la hora de hacer cine?Italia y España son dos países muy similares y contradictorios a la vez, por lo que tiene que ver el cine y sobre todo la industria del cine: opino que para ambos una característica especial es la capacidad de la gente de sacar provecho en situaciones complicadas, como la falta de dinero o de medios, gracias a ideas realmente buenas y talento organizativo, a pesar de la enorme y inútil burocracia y la casi total falta de subvenciones públicas y la difícil búsqueda de inversores; también hay que destacar muy buenos directores de fotografías y actores en los dos países.


¿La idea surgió tras algún caos real al rodar otro cortometraje? ¿Cómo nació hice un corto?
La idea de Hice un corto nació de parte de nuestro colectivo Ampar@ Producciones a la hora de escribir un largometraje sobre un rodaje y pensar en todas las experiencias vividas en los rodajes, grotescas o ridículas que fueran, queriendo destacar en cada caso el raro comportamiento humano de este mundo, sobre todo lo de algunas personas que se sienten parte de una falsa élite por un trabajo que a lo mejor no saben ni hacer: todo esto nos pareció divertido y interesante de analizar.

¿Quieres ser cortometrajista o tomas esto como un experimento para llegar algún día a rodar tu largometraje? 
La idea, después de más de 15 cortometrajes hechos entre Italia y España, es llegar un día al largometraje, con la humilde conciencia de que el aprendizaje es largo todavía, aunque la gana es mucha, y guiones y ideas ya están sobre le papel, dentro de poco esperamos que tengan salida.

Siempre nos quedamos con algo positivo e intentamos olvidar todo lo negativo, de cualquier experiencia: ¿Qué recuerdas cómo lo más positivo y lo más negativo a la hora de rodar el cortometraje?
Lo más positivo, y diría también la cosa más importante para mí de todo el esfuerzo hecho, ha sido que durante y después el rodaje, todos los profesionales, entre actores y equipo, con los cuales hemos colaborado nos expresaron su agradecimiento por haber trabajado en un clima tan divertido, sereno y creativo, añadiendo que en la mayoría de sus trabajos esto no pasa, y deseando volver a trabajar con nosotros: con mucha modestia, ha sido el regalo más bonito de toda esta experiencia, creo que solo por esto valió la pena y personalmente lo vivo como un éxito profesional. ¿Lo peor? probablemente la falta de más ensayos, pero esto suele pasar cuando se trabaja con muchos actores en tiempos limitado, hay que mejorarlo.

Realizar un cortometraje no es tarea sencilla, ¿Cuáles serían tus consejos para los que se aventuran a realizar sus propias obras audiovisuales?
Empezar a grabar, mucho, sin prisa pero sin parar, no esperar el momento oportuno sobre todo si se esta empezando; equivocarse en todo, desde el guión hasta el montaje, si no es imposible aprender; querer mucho a los actores, al equipo y reírse en los momentos más difíciles, este "trabajo" es un lujo, hay que disfrutarlo cada vez que se tiene la posibilidad de hacerlo.

Ander (Roberto Castón) 2009

ANDER es una película dirigida por Roberto Castón que se incorpora a la genealogía del cine activista gay español, con una historia basada en la homosexualidad rural y un relato de cómo se pueden entender nuevos modelos de relación familiar.

La película está estructura en fragmentos que describen la vida de tres personajes principales que encarnan tres figuras arquetípicas (pero llenas de matices): el granjero, el extranjero y la prostituta. Estos personajes se relacionan con un entorno rural, conservador y jerárquico que representa la vida en el campo y los esquemas tradicionales de familia heterosexual, occidental y blanca.

La presencia del "Otro" es fundamental en esta película, en la que los personajes encuentran su espacio a medida que ciertas estructuras se vienen a abajo y, a fuerza de los acontecimientos, se desmorona la lógica patriarcal. ANDER, por tanto, es una historia de fragmentación de discursos y, fundamentalmente, es una gran historia de amor.

Se trata de una película fundamental para el cine LGTB, planteada como un proyecto de acción política, pensada para ocupar un espacio y contar una historia que necesitaba ser contada. Ander añade una pata más al cine activista y de temática gay pensado y producido en el País Vasco. Una genealogía abierta que da comienzo con "La muerte de Mikel", y que continua con otras tres cintas, la propia "ANDER", "A escondidas" y "80 días".

"ANDER" ocurre en el tiempo en que ocurren las cosas y se mueve en un territorio de lo mínimo, allí donde los sonidos de lo cotidiano irrumpen en los silencios de la monotonía y a veces la rompen, la desgarran o la parten por la mitad. Es una película de acciones, de capas y de silencios. Es una película que necesitábamos tener y que -desgraciadamente, por como funcionan las cosas en este país- no hemos podido ver todo lo que hubiésemos necesitado verla.

Eduardo Hurtado

domingo, 28 de julio de 2013

Cuando corres (Mikel Rueda)

Cuando corres, cuando huyes, cuando no tienes ni patria ni bandera, cuando eres aún un niño pensando únicamente en llegar a tu destino. Cuando el destino, ese tan caprichoso y visceral ha hecho que caigas en la zona equivocada en el momento equivocado; cuando no vives sino que sobrevives, no queda la esperanza. La ilusión se difumina y la única meta es llegar, es que no te alcancen.

Mikel Rueda vuelve a la Muestra de Cine más Pequeña del Mundo. El año pasado nos trajo un intenso cortometraje sobre las relaciones entre padres e hijos y sobre la falta de comunicación: Agua (2012). Y, además, nos regaló su presencia y sus ideas sobre este arte del cine que se ha convertido en su vida.

Este año Mikel no podrá acompañarnos porque, precisamente, la semana en la que tendrá lugar la Muestra de Ascaso estará ultimando el rodaje de su segundo y esperado largometraje.

Cuando corres ocurre que a veces toda una carrera se puede perder en el olvido. Cuando quieres hacer y hacer y cada vez más rápido, cuando te empeñas en dejar notar tu huella, seguramente no lo conseguirás. Pero Mikel da pequeños pasos, seguros y comprometidos con imaginario visual. Si tiene suerte, si se la damos, si le dejamos que nos siga sorprendiendo, Mikel tiene mucho que decir y que contar.

(Jorge Fernández Mayoralas)

viernes, 19 de julio de 2013

Io sono Li (La Pequeña Venecia)

Nada mejor para hablar de este bellísimo largometraje sobre las migraciones y los inmigrantes que las propias palabras con que Andrea, su director, describe el ambiente que él ha querido plasmar en su película:

Seis horas sube y seis horas baja.
La laguna cambia a menudo de cara y de color.
Debido a que el agua entra y sale, la marea retrocede y crece. Cada seis horas.
Y cuando cambia el agua de la laguna, cambia todo.
Excepto el silencio. El silencio siempre está ahí.
Siempre está allí.
Dulce, infinito y débil.
Congela el tiempo.
Regala a la mente espacio para el pensamiento.
Acoge historias y recuerdos que sabíamos que conocíamos.
Nunca te deja solo.
Como una madre.
Como la sonrisa y las lágrimas de una madre.
Shun Li es esto, el dulce dolor de una madre en el profundo silencio de la laguna.
Y es por esta razón que Shun Li tiene toda la fuerza con la que remover sacudir la vieja taberna de los pescadores.
Provoca enamoramiento. Provoca miedo. Provoca cambios.
Es imposible no escuchar el viento triste de Shun Li. El entorno lo ataca o lo aisla.
Por desgracia, es lo que nuestro mundo ha decidido hacer.
Pero también es lo que el cine puede contar.
(Andrea Segre)



viernes, 12 de julio de 2013

Voice Over o la fuerza de la narración.

Podría haber sido, por ejemplo, la historia de una familia inglesa, que quiere casar a sus hijas; o la superación de una pérdida irreparable que sume a un matrimonio en la desesperación y la locura. Podrían haber sido tantas cosas, pero uno de los mejores cortometrajistas de España: Luiso Berdejo (Ya no puede caminar..., Forrest in the desert o La guerra) decidió que no serían éstas sino otras, las historias que conformarían este cortometraje. 
Dirigido con un pulso arrebatador por Martín Rosete, esta es una historia (o varias) sobre el arte de contar historias. Sobre la manera de mostrar al espectador todos los cuentos con los que un día soñaron.
Lejos de ser un panorama idílico, en sólo doce minutos Voice Over genera un nivel de tensión acorde con lo que se nos cuenta. La intriga es cada vez más desasosegante y cuando casi no se puede soportar llegamos a un punto muerto, a una calma casi inaudita.

Las historias están para vivirlas, para sufrirlas, para contarlas, y el poder de la narración es siempre inmenso.

Jorge Fernández-Mayoralas

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